domingo, 11 de mayo de 2008

PRINCIPIOS ÉTICOS DEL EJERCICIO PROFESIONAL DEL BOMBERO




PRINCIPIOS ÉTICOS DEL EJERCICIO PROFESIONAL DEL BOMBERO
METROPOLITANO DE CARACAS



El mundo actual plantea a los Bomberos Venezolanos nuevos y grandes desafíos. Nuevas formas de energía y de tecnología (controladas y no controladas), ciudades más grandes y complejas, atentados terroristas antes impensables, conmociones diversas por razones étnicas, religiosas, civiles o políticas, enfermedades, virus y bacterias que reaparecen, vehículos que se desplazan a enormes velocidades e industrias que manejan materiales peligrosos, se suman a los trastornos con que nos golpea periódicamente la naturaleza.

Sin embargo, sería un grave error pensar que basta con el conocimiento y estudio técnico para garantizar nuestro futuro. Por el contrario, si queremos perdurar, tendremos que ser fieles a aquellos principios y valores que han ganado para las organizaciones bomberiles venezolanas, el respeto y la admiración de todos sus conciudadanos. Como integrantes de una sólida organización, es nuestro deber mantener siempre una conducta que haga posible que nuestra hermosa labor subsista. Solo así nadie pensará jamás que es necesario dar, desde afuera, normas o estructuras a nuestras Instituciones

CONDUCTA
No se puede ser Bombero sólo en los procedimientos que se atienden. Nuestros principios y valores deben estar igualmente presentes en las acciones cotidianas que realizamos dentro de la Institución, y extenderse a nuestras relaciones con la comunidad a la que pertenecemos. En efecto, es frecuente que se llame a los Bomberos “Caballeros del Fuego”. Hay en ello algo más que un reconocimiento al valor, entereza y serenidad con que se enfrentan los riesgos del siniestro. Es también un compromiso de mantener, siempre y en todo lugar, una actitud digna, educada y cortes, que sea un vivo ejemplo de conducta.

PUNTUALIDAD, ASISTENCIA, PARTICIPACIÓN Y COMPROMISO
Es cierto que a los Bomberos se ingresa voluntariamente, sin embargo, esto no significa que el servicio a la comunidad sea algo que se pueda prestar o no prestar, según nos parezca cada día. Quien se hace Bombero se compromete a estar siempre disponible para servir a los demás, pese a los sacrificios que esto demande. Exigimos puntualidad, asistencia y participación para ser fieles a una idea fundamental: Ser Bombero requiere un real compromiso y dedicación al servicio, sacrificando muchos intereses particulares en beneficio del colectivo.

DISCIPLINA
El duro trabajo en siniestros hace imprescindible que se actúe con máxima disciplina. Al estudiar los procedimientos tácticos con que se enfrenta una emergencia, se comprueba que se requiere TRABAJAR EN EQUIPO, y eso significa que nadie puede actuar a motus propio: con ello pondría en peligro no sólo el éxito de la tarea, sino incluso las vidas de sus colegas. Para que la Disciplina sea parte de nuestra forma normal de conducirnos, debe ser permanente, y no sólo durante los incendios. Por eso, la Institución Bomberil es esencialmente jerárquica, lo que se expresa en muchas formas.

En primer lugar, en el modo en que se recibe y saluda a los superiores. Usualmente, se dispone que los subalternos, al dirigirse a un superior, antepongan la palabra “MI”: “Mi Comandante”, “Mi Capitán”, “Mi Sargento”, “Mi Cabo”. La palabra “mi” significa que reconocemos en esa persona un rango que nos coloca bajo su mando. Lo anterior no significa asumir actitudes graves y formales, que impidan la alegría de compartir sanamente la vida Bomberil. Se trata solamente de “saber ubicarse”. Cuando se está en actividades institucionales, se evitará el tuteo y se designara al superior por la jerarquía que ostenta. Al ingresar una autoridad a cualquier recinto Bomberil, debe suponerse que lo hace de modo oficial, y en consecuencia se lo saludará de pie. Ante personas ajenas a la Institución, se deberá ser igualmente cuidadoso. La familiaridad y confianza, tan propias de la amistad que debe darse entre Bomberos, se reservarán para las oportunidades y lugares que correspondan.

LEALTAD
En relación al punto anterior, en efecto, la Disciplina es algo más que saludar formalmente a un superior, o acatar sus órdenes mecánicamente. Por el contrario, debe ser un esfuerzo real y sincero por ser “uno más en el equipo”, lo que significa que procuraremos sinceramente cumplir del mejor modo posible. Más aún: no se trata de una actitud servil, que nos impida pensar por cuenta propia o prohíba discrepar. Por el contrario, las sugerencias planteadas en forma oportuna, respetuosa y constructiva serán usualmente bien recibidas. Y si llega el momento en que encontramos algo que criticar, lo haremos tal como lo hacen los amigos y los hombres de honor: cara a cara, con respeto, sin ofensas, exponiendo con tranquilidad las ideas propias y siempre dispuestos a reconocer que era uno mismo el equivocado.
Antes de sugerir o criticar, hay que preguntarse:
• ¿Es el momento apropiado? Puede que las circunstancias no sean adecuadas para tratar el asunto con la calma requerida.
• ¿Es el lugar conveniente? Un pasillo o el casino pueden ser lugares inadecuados para conversar serenamente un tema delicado.
• ¿Están presentes las personas necesarias? Puede que haya demasiada gente para conversar con reserva y discreción, pero también es inconveniente tener que referirse a personas ausentes.
• ¿Cuál es el mensaje positivo que voy a entregar? Porque es fácil criticar, “ser general después de la batalla” o dar ideas obvias para que las realicen los demás. Colóquese “en el lugar del otro”, y vea lo que usted puede hacer en relación a su sugerencia o critica.

CORTESÍA
Otro aspecto que podemos vincular a la Disciplina es la CORTESÍA. Si un Bombero ha de merecer que se le llame “Caballero del Fuego”, deberá cuidar que su trato sea siempre educado y digno, especialmente ante la comunidad. Un lenguaje correcto, modales comedidos y adecuada presentación personal harán que nos podamos enorgullecer no sólo de la eficiencia profesional, sino también de la calidad humana de nuestros Bomberos. Es muy grato, por ejemplo, que los Bomberos se pongan de pie cuando ingresa una dama, que demuestren respeto a los mayores o que sepan conducirse correctamente en un acto social. Así, nuestra conducta engrandecerá a la Institución.

TRADICIÓN
Un aspecto adicional de la DISCIPLINA es la forma en que los Bomberos respetan y cumplen las TRADICIONES de su Institución. La marcialidad y el orden con que se realizan los Actos, la veneración a las reliquias de los mártires y a los emblemas institucionales, las muestras de afecto y distinción a los Fundadores, Jubilados, Bomberos más antiguos o los lugares del Cuartel de acceso restringido, son costumbres que, si existen, deben preservarse cuidadosamente. Sólo quienes saben mantener las tradiciones positivas tienen derecho a plantear innovaciones en aquello que los tiempos requieren.

PROTOCOLO
También se vincula a la Disciplina el cumplimiento de las normas de PROTOCOLO que se aplican en ceremonias y actos bomberiles. Sin embargo, conviene recordar que la CORTESÍA hace conveniente que, si se produce un error en este sentido, y sabemos que no hay en él, animo evidente de perjudicarnos, procuremos obviar la situación para hacerla presente con ánimo constructivo y ecuánime en el lugar y momento oportuno.

UNIFORMES

De especial importancia es el debido uso de los UNIFORMES INSTITUCIONALES. Al portarlo debemos ser extremadamente cuidadosos en nuestra conducta y comportamiento, porque ello compromete a la Institución como un todo. ¿Qué imagen se puede formar la comunidad sobre el respeto que le tenemos a nuestro uniforme, si nos ve asumiendo actitudes contrarias a la moral y buenas costumbres Institucionales, Personales y Ciudadanas?. El Uniforme se usa completo y correcto o no se usa. No es adecuado que en público nos desabrochemos la camisa, o la guerrera, nos quitemos el Kepis o el casco, etc. Los premios, Condecoraciones y Distintivos se exhiben en el Uniforme sólo del modo prescrito por la Institución. Nadie puede agregar nada a su Uniforme si para ello no ha sido autorizado por una Resolución General o particular. En todo caso, es recomendable ser sobrios en su uso. Por ejemplo, en el caso de las medallas por años de servicio, bastaría con lucir la última.

RELACIONES CON LA COMUNIDAD
La máxima representación del Cuerpo de Bomberos la ejerce legalmente el Comandante General, quien es así su voz autorizada. En nuestra Institución además del Comandante General y Segundo Comandante, están plenamente delegados por ellos para ejercer la representatividad del Comando ; el Inspector General de los Servicios y los Gerentes de las diferentes Áreas Operativas y Administrativas, que coadyuvan en la difusión de las políticas y objetivos Institucionales hacia los públicos internos y externos. No quiere decir esto, que no existan otros funcionarios que puedan asumir la representación del Cuerpo, pueden asumirla siempre y cuando reciban la delegación de la función expresamente por la autoridad respectiva.
Sin embargo, la imagen Bomberil es una permanente responsabilidad de cada uno de sus miembros, y la conducta privada de un Bombero debe ser siempre tan correcta como para que la Institución no tenga que avergonzarse de contarlo en sus filas, y por el contrario, pueda enorgullecerse de él. En consecuencia, deben mantener orden, compostura y seriedad, y en lo posible permanecer en el carro u otro lugar apropiado, atentos a las órdenes de sus oficiales.

FORMACIONES Y DESFILES
Un momento muy significativo para la Institución Bomberil es aquel en que sus miembros participan en una formación, parada o desfile, especialmente si esto se realiza ante la comunidad. No se trata, evidentemente, de competir en marcialidad con otras Instituciones, pero son ocasiones en que se pone a prueba el orden y la disciplina de la Institución, permitiendo además al público apreciar a “sus” Bomberos y demostrarle su admiración y respeto.
Aunque existe, evidentemente, un origen militar común para las normas que se aplican en formaciones, paradas y desfiles, existe bastante diversidad de un Cuerpo a otro, por variadas causas. Esta diversidad, al igual que la de carros, equipos, cascos, parches, kepis, franelas, etc., es parte de la tradición Bomberil y constituye un aspecto visualmente grato a la comunidad, que de todos modos considera a la Institución Bomberil como una sola.

EL MANDO (Obedecer y Mandar)
Los Bomberos deben estar siempre preparados para ejercer el mando. Esto significa que deben conocer adecuadamente las disposiciones que corresponde aplicar en cada caso, y desarrollar oportuna y sistemáticamente las condiciones requeridas para ello. Una primera y fundamental idea es que no sabrá nunca mandar quien no ha aprendido a obedecer. Por lo mismo, los Bomberos deben considerar, cada vez que les corresponde actuar como subordinados, que participan de una lección, en la cual el cuidadoso análisis de lo que hacen sus superiores les permitirá conocer la forma correcta en que debe procederse en cada caso, (siempre y cuando el superior actué con ética y correctamente).
Así comprobará que ejercer el mando no es una oportunidad de demostrar superioridad o prepotencia, sino una forma de servicio a los demás, coordinándolos, organizándolos y guiándolos como equipo. La confianza en los demás se traduce en que los demás confíen en uno. La firmeza de carácter, ajena a todo despotismo o arbitrariedad, ganará el respeto y adhesión de los subordinados. El conocimiento de las normas y procedimientos permitirá ejercer el mando de modo eficiente y previsor. Todo lo anterior dará a quien manda la serenidad que le permitirá actuar con firmeza y entusiasmo. De ese modo los logros serán compartidos: el jefe estará orgulloso de su gente y la gente admirará a su jefe

1 comentario:

Anónimo dijo...

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